Pues que sus historias de conversión son i-gua-li-tas.
Todos ellos hablan de un antes y un después en sus vidas marcando un instante preciso en que dejan de ser algo para pasar a ser otra cosa. Ya una vez escribí sobre Gerardo Bloomerfield y sobre el asunto de las conversiones. Ahora les voy a poner algunos ejemplos de muestra para que vean el patrón.
En un subforo de Catholic.net:
Aquella mañana, sentí algo en mi interior que me colmaba de felicidad, de felicidad auténtica, un sentimiento que parecía decirme “bienvenida”… era Dios, que celebraba una fiesta en mi interior: por fin su hija pródiga había despertado, por fin había vuelto a Casa.
Mi viaje espiritual ha sido muy amplio y ha recorrido numerosas creencias sin embargo, no me arrepiento de haberlo hecho, ya que ahora conozco más y mejor aquellos cultos y puedo hablar sobre ellos con conocimiento y experiencia, amén de haberme servido para re-descubrir mi fe y encontrar en la Iglesia la Verdad y a Dios.
Mi propia experiencia contada en ADM (y pa'que vean que ni yo me salvo de mí mismo):
... jamás experimente alguna vivencia espiritual de la existencia de dios (con merecida minúscula), y no me refiero a 'sentir bonito', sino a ver o palpar alguna prueba en el mundo que me dijera 'dios existe', poco a poco fui perdiendo mi fe en eso y llegó el momento en que me hice totalmente ateo. Como muchos otros antes de mí empecé odiando y atacando con furia a quien creyera en dios, pero poco a poco y con mil esfuerzos he ido desarrollando algo de tolerancia.
Sobre el antes y el después en A.A.:
Pasamos por etapas de horrible desesperación, al estar seguros de que en nuestro cerebro algo estaba mal, llegamos a odiarnos, por desperdiciar los talentos con los que se nos había dotado y por las dificultades que estábamos causando a nuestras familias y a otros. Con frecuencia, dábamos rienda suelta a la autolástima y proclamábamos que nada podría llegar a ayudarnos.Ahora podremos sonreír ante esos recuerdos, pero para entonces fueron experiencias desagradables y terribles.[...]
No creemos ser los únicos que tienen la solución al problema de la bebida; sabemos que el programa de alcohólicos anónimos nos funciona y que lo hemos visto funcionar para todo recién llegado, casi sin excepción, cuando honesta y sinceramente quiere dejar de beber.
Por medio de A.A. hemos aprendido un buen numero de cosas acerca del alcoholismo y de nosotros mismos, y procuramos que no se nos olviden nunca. Para nosotros, la sobriedad debe ser siempre lo primero.
¿A poco no es el mismo discurso? ¿A poco no es el mismo reniego del pasado y la esperanza del futuro el que prevalece en estos 3 ejemplos?
En fin. Platicar los desengaños que se lleva el individuo al darse cuenta de que no basta haber encontrado a dios, buscar el librepensamiento o dejar la beberecua para acercarse a ese ideal de felicidad me tomaría entradas completas, las cuales me da mucha güeva escribir. Esta vez voy por otro lado: Dejaré en paz a los creyentes y a los ateos porque ya
Aclaro desde ahora: Cuando yo me refiera (en esta entrada y alguna otra) a Alcohólicos Anónimos no me refiero a los anexos (movimiento 24 horas), ni a los cuartomarcianos (grupos de 4o. y 5o. paso) ni a ninguna otra madre similar, sino a la agrupación de Alcohólicos Anónimos legalmente constituída y autorizada en México a portar ese nombre, es decir, a los verdaderos A.A.'s. Los demás son movimientos derivados que han hecho uso del programa adaptándolo a sus problemáticas y necesidades y que son ajenos al tronco originario.
Bueno ya.
Viendo esta entrada del padrino de cabecera vino a mi cabeza algo que no recordaba: Una tradición que riguagüevo se da en los grupos es la de conmemorar el momento en que el enfermo dejó la bebida y se volvió
Pero ¿De qué se tratan o qué se hace ahí? Para contestar eso les voy a relatar la primera vez que yo estuve en una junta de aniversario aprovechando que la generalidad de esas juntas tiene el mismo corte. Ustedes no lo saben (porque nunca lo he comentado) , pero yo soy hijo de un A.A., lo que ha hecho que, a veces contra mi voluntad y casi siempre porque me gusta el mitote, haya estado metido en cuando desmadre relacionado con los grupos haya o sepa. Han pasado ya muchos años de aquel aniversario, por lo que mi memoria se verá afectada, pero mínimo espero poder transmitirles lo principal del chisme.
El festejado en cuestión cumplía su primer año en el grupo y eso lo tenía muy entusiasmado (después de 10 años en el pedo era lógico) y con ese entusiasmo nos lanzamos al grupo. La primera característica de estas juntas de aniversario es que se trata de una junta abierta; en ellas, a diferencia de las juntas cerradas o de hora y media, se permite la entrada de los familiares, amigos y gente ajena al grupo, sin olvidar a los alcohólicos de aniversario (gorrones que nomás van a los convivios y nunca a las juntas). Y con ellos da inicio la sesión.
Para quienes nunca han estado en un grupo de A.A.: Quienes entran a un local de esta calaña tienen frente a sus ojos este cuadro:
Al frente hay unas fotos enmarcadas: Las de los fundadores de A.A.: San William Griffith Wilson y San Robert Holbrock Smith (me caga poner enlaces en inglés pero no encontré uno en español), conocidos como Bill y Bob. También verán un escritorio desde el cual el coordinador en turno dirige y se encarga de hacer cumplir el orden del día. Y también verán una tribuna que en circunstancias normales sirve para que, por turnos, los asistentes suban a hablar al resto de la concurrencia sobre su historia personal y algunos otros temas, pero que en esta ocasión sirve exactamente para lo mismo. Y, dada la ocasión especial, no falta sobre el escritorio el clásico pastel de aniversario con forma de libro:
El coordinador encargado de dirigir la junta de aniversario, que en aquella ocasión era el padrino del festejado, se dirige a los asistentes hablando acerca de lo importante del festejo, de la labor de A.A., explica a los amigos y familiares un poco de lo que es y significa la agrupación, de sus propios recuerdos sobre la llegada del festejado al grupo y demás.
En el transcurso de la junta fueron pasando a la tribuna varias personas a hablar de su relación con el festejado: Primero sus compañeros de grupo, es decir, aquellos que lo recibieron y ahora, como dice el padrino en su entrada, le festejan todo. Luego pasaron sus familiares. Aquí pasó algo digno del recuerdo: En una de esas pasó la mamá del festejado sumamente encabronada con los compañeros del grupo y, en vez de decir, como es usual, que se sentía muy contenta de que su hijo dejara de beber, empezó a hacerla de pedo porque ellos sí habían logrado que su hijo se mantuviera sobrio, mientras que ella, que era su madre (así, resaltado) nunca había podido y preguntándose cómo era posible tal cosa. Luego pasó la esposa que, cosa rara, se mantuvo serena. Al final, pasó el festejado a hablar de su propia experiencia, la cual fue del mismo tipo de los testimonios descritos al comienzo de la entrada: "Me siento muy bien, estaba en un agujero y gracias a mi poder superior y al grupo dejé de beber".
Una vez que se declara el término de la junta se pasa al convivio, en el cual se traga a lo bestia de aquello que los compañeros y las familias llevan preparado para tal efecto, todo eso entre pláticas y el consumo de litros y litros de café, cajetillas de cigarro (aunque a los borrachos les vale madre y desde la junta se atascan) y botellas de refresco.
¿Y cómo olvidar el momento de la partida del pastel y el canto de las mañanitas? Sólo que aquí se canta con una leve diferencia. Fíjense en las negritas:
Estas son las mañanitas
que cantaba el Rey David
a los muchachos borrachos
te las cantamos aquí. Despierta, mi bien, despierta
mira que ya amaneció
ya los pajarillos cantan
la luna ya se metió. El día en que tu naciste
nacieron todas las flores
y en la pila del bautismo
cantaron los ruiseñores. Ya viene amaneciendo
ya la luz del día nos dio
levántate ya borracho
mira que ya amaneció.
1. El festejado todo embarrado.
2. Yo, a punto de caerme de la tribuna.
3. La Oración de la Serenidad, que también es infaltable en un grupo.
4. La imagen de San Bill.
5. Los 12 Pasos.
6. La también infaltable tribuna, aunque ya hay grupos que no la usan.
Como dije en algún momento, no es cierto que con haber encontrado a dios, optar por el librepensamiento o dejar la bebida (o alguna adicción) va uno derechito a la felicidad. Es más, muchas veces en ese momento los pedos comienzan en serio, pero de eso ya me ocuparé en otra entrada.
Queda de ustedes:
TORK. Bizcocho de Montecristo. Año 2009 E.E. - 10 E.E.