martes, 3 de mayo de 2022

¿Y qué te has hecho?

¿Les ha pasado que se encuentran a un compa después de muchos años y quieren contarle toda su vida desde la última vez que se vieron? Así ando yo ahorita. Tengo el impulso de contar todo lo que ha pasado en los últimos nueve años.

Escribir en un blog es algo muy diferente a escribir en alguna red social. Cuando publicamos algo en tuíter o en féisbuc pensamos en los seguidores y en los contactos, en los favs y en los laiks (y en la censura, pero eso es otra cosa). Para bien o para mal, esperamos una reacción.

Acá no. Aquí escribimos para el blog y para nosotros (a veces en ese orden), sin pensar en la existencia de los lectores. Aquí no importan las reacciones, no hay corazones y –casi– no hay comentarios. Aquí nos inhibimos menos porque básicamente el blog es nuestro compa y le platicamos todo, aunque ya lo hayamos escrito en otro lado.

¿Saben cuándo me cayó el veinte de que había gente que leía lo que aquí se pone? Cuando fue la segunda marcha atea. Esa vez muchos ─de los que fueron─ me dijeron que se habían enterado por mí y que leían mis cosas. Pero la sensación no se quita. Uno sigue escribiendo para sus adentros

No hay prisa. 

Queda de ustedes:

TORK. Bizcocho de Montecristo. Año 2022 EC─23 EE.

Tarde

Siempre llego tarde. Y no me refiero a cuestiones de puntualidad ─que eso da para su propia entrada─, sino a que siempre empiezo las cosas ...